La amigdalitis es la inflamación de una o las dos amígdalas. Aquí encontrarás la mejor selección de productos naturales para poder comprar para tratar las anginas o amigdalitis en diferentes formatos: sprays, pastillas, comprimidos para chupar, extractos puros... Apostando siempre por una curación natural y con calidad farmacia.
Todos los productos naturales que proponemos cuentan con nuestro sello de recomendación, tanto por su composición como por nuestra experiencia en nuestra farmacia física con los mismos. En nuestra farmacia siempre apostamos por soluciones naturales que ayuden a nuestro organismo a su curación.
Encontrarás productos naturales para paliar el síntoma: reducir el dolor y modular la inflamación como el spray nomada de urgencia de ballot flurin que evita y calma los dolores de garganta con una acción inmediata. Aplicar desde los primeros síntomas una sola pulverización en la boca, repetir hasta 2-3 veces al día como máximo durante 7 días. También hay formato en pastillas como Aromaforce pastillas calmantes de pranarom: pastillas a base de aceites esenciales 100% puros y ecológicos. Tratan el dolor y la afonía. Se toman de 2 a 5 pastillas al día durante un máximo de 5 días. Y Oral tabs Gse: comprimidos para el tratamiento de los estados inflamatorios de la mucosa orofaríngea en caso de faringitis, amigdalitis, dolor de garganta… Se pueden tomar de 3 a 4 comprimidos al día, disueltos en la boca.
También encontrarás una amplia selección de antibióticos natuarales para ayudar a tratar la infección en el caso de que sea bacteriana.
No hay que olvidarse que aunque se trate de un antibiótico natural deberemos acompañarlos siempre de unos probióticos de calidad, para evitar todos los efectos secudnarios y ayudarnos a repoblar y cuidar nuestra flora. Entre los antibióticos naturales de vías altas tenemos biotic forte a base de semillas de pomelo y oleocaps 1 vías respiratorias.
Además tenemos multitud de productos naturales para ayudar a nuestro sistema inmnunológico y subir así nuestras defensas para ayudarnos a luchar contra los patógenos y evitar las anginas de repetición.
Normalmente todos estos productos naturales en forma de sprays, pastillas, comprimidos o gotas... podemos usarlos varias veces al día, pero recomendamos de todas formas siempre mirar la información o prospecto del producto.
Porque la amigdalitis cursa con inflamación y dolor en la zona y normalmente nosotros siempre respetamos la inflamación porque es la respuesta inmunológica que da el cuerpo a la infección para combatirla.
La inflamación es una buena respuesta inmunológica para poner en marcha todo nuestro sistema de defensa que nos lleva a la curación. Si bajamos la inflamación aliviamos una molestia pero vamos en contra de nuestro sistema inmunológico. Entendemos el uso de antinflamatorios en esta patología cuando la inflamación de las amígdalas supone un riesgo importante para la salud, que hasta puede dificultar el tragar alimentos y respirar correctamente, pero no su uso habitual.
La toma de antiinflamatorios va hacer que el proceso no sea tan agudo, no haya tanto dolor y tanta inflamación, pero que se alargue en el tiempo. Es decir, unas anginas que pueden durar dos o tres días, tomando AINES no van a ser tan molestas pero van a durar más días y van a ir debilitando paulatinamente nuestro sistema inmunológico, facilitando las anginas de repetición.
El consumo de antiinflamatorios puede provocar lesiones en las mucosas, no sólo en la mucosa gástrica, sino en todas las mucosas. Por eso mucha gente consume en estos casos, omeprazol, creyéndose que se trata de un protector gástrico, pero no es así. El omeprazol es un antisecretor que modifica el pH gástrico inhibiendo la absorción de muchos nutrientes y vitaminas (vitamina B12), y disminuye los niveles de magnesio en sangre, alcalinizante natural, necesario para huesos, dientes, articulaciones… y cuyo déficit puede originar calambres, contracturas (subida de bola), parpadeo involuntario (tic del ojo), rigidez articular, acentuación de los dolores espasmódicos: regla, cólicos
La amigdalitis también conocida coloquialmente como anginas es la inflamación de una o las dos amígdalas palatinas.
Las amígdalas son dos masas de tejido linfoide, de forma ovalada situadas a ambos lados de la parte posterior de la garganta, a cada lado de la faringe y cuya función es la defensa frente a los gérmenes.
Funciones de la amígdala:
• Generan linfocitos, un tipo de célula que se encarga de la producción de anticuerpos. Estos reconocen los gérmenes patógenos (virus, bacterias…) que penetran por la nariz o por la boca y desencadenan una respuesta defensiva de nuestro organismo.
• Su papel contra las infecciones digestivas y respiratorias es especialmente importante en los primeros tres años de vida, cuando el sistema inmunitario del niño todavía está subdesarrollado. De este modo, gracias a las amígdalas tenemos constante protección contra distintas enfermedades desde la infancia y también en adelante.
• La faringitis afecta el área justo detrás de la boca o la faringe.
• La amigdalitis es la hinchazón y el enrojecimiento de las amígdalas, el tejido blando en la parte lateral de la boca.
• La laringitis es la hinchazón y el enrojecimiento de la caja de la voz o laringe (parte más inferior de la garganta)
• Estrés emocional, estrés laboral, estrés familiar.
• Agotamiento nervioso, ansiedad y agotamiento físico, fatiga, falta de sueño.
• Déficit nutricional por malos hábitos alimentarios. Comidas fast food, basura, procesadas…
• Aires acondicionados, andar en zonas con muchos contrastes de temperaturas (aeropuertos, autobuses, estaciones, tiendas…), bebidas frías y con hielos.
• Calefacciones de aire, falta de ventilación y ambientes secos.
• Enfriamiento después de sudar.
• Por mojarse: los pies, el pelo...
• Amígdalas hipertróficas (muy grandes), ya que tienen más tendencia a hacer anginas.
• Infecciones víricas. La mayoría de las infecciones están causadas por virus que sólo si nuestro sistema inmunológico no puede superar se sobre infectará con bacterias.
• Infecciones bacterianas, normalmente causadas por Streptococos.
• Otras infecciones: hongos, parásitos…
• Enfermedades del sistema inmune y/o linfático.
• Dolor en la zona de la garganta.
• A la vista, se observan las anginas rojas e inflamadas. Pueden ser de una o de las dos amígdalas, e ir acompañada de la inflamación de algún ganglio del cuello.
• Pueden observarse unas placas blancas o puntitos blancos, que sólo si están infectadas excretan pus. Con un aliento fétido en ocasiones.
• Además puede extenderse la inflamación y el enrojecimiento a otras zonas de la mucosa de la garganta.
• No siempre van acompañadas de fiebre. En infecciones bacterianas cursan con fiebres más altas y normalmente en infecciones víricas con fiebres más bajas.
• Uno de los síntomas más frecuentes es la lengua blanca.
• Cuando la infección es más importante el dolor puede irradiar hasta el oído.
• En las anginas de repetición, pueden aparecer ulceraciones.
1/ Paliar el síntoma: aliviar el dolor y la inflamación. Respetamos la inflamación como respuesta inmune, pero intentaremos modularla y paliar los síntomas.
2/ Tratar la infección más probióticos. En caso de infección bacteriana lo trataremos con un antibiótico natural específico para las vías altas. Al tratarse de un antibiótico, recomendamos siempre tratarlo junto con un antibiótico.
3/ Ayudar al sistema inmunológico. Hay que reforzar el sistema inmunológico para ayudarnos a luchar contra el patógeno y evitar además las anginas de repetición.
4/ Buscar el origen. Cada persona enferma por una serie de circunstancias personales, tanto emocionales como físicas y genéticas. También influye la relación personal con el entorno, el clima, la alimentación, la higiene, y el estilo de vida. A lo largo de nuestra vida, el ser humano está en contacto con otras personas y también con la naturaleza y otros seres vivos (animales, plantas, virus, bacterias, hongos, parásitos…) y con residuos químicos, radiaciones, contaminación… que pueden resultar patógenos y susceptibles de provocar enfermedades.
Es muy importante analizar el origen de mi enfermedad. Escuchar a nuestro cuerpo los pequeños mensajes que nos emite como el dolor, la inflamación, el insomnio, la ansiedad, la fiebre… En esta primera fase es más fácil ayudar a nuestro organismo a recuperarse, sino le prestamos atención y seguimos viviendo de la misma manera, nuestro sistema inmunológico se debilita y enfermaremos.
Normalmente cada persona tiene una tendencia mórbida, es decir a padecer la misma patología. Si mi “punto flaco” es la garganta, lo más probable es que cuando me bajen las defensas enferme de la garganta. Eso me permite poder anticiparme, protegerme y evitar que cronifique y avance.
Las mucosas del tracto digestivo, de la garganta, representan la superficie de contacto directo con el medio ambiente, por lo tanto estas superficies que son limítrofes tienen una especial importancia inmunológica
Primero lo que buscaremos es aliviar el dolor con: moléculas anestésicas, analgésicos y antiinflamatorias.
• Anestésicos: duermen la zona para evitar el dolor de una manera inmediata. Ese órgano queda dormido, debilitado para su defensa, reduciendo la secreción de saliva.
• Analgésicos: alivian el dolor sin dormir la zona, creando una falsa percepción de mejoría, suprimiendo una alerta muy importante que nos da el cuerpo que es el dolor, para avisarnos que está enfermo y que necesitamos cuidarnos. Paracetamol…
• Antipiréticos: Son medicamentos que tratan la fiebre de manera sintomática, la fiebre en la mayor parte de las ocasiones es la respuesta inmunológica de nuestro cuerpo para combatir un patógeno, por lo que aquí estaríamos yendo en contra de nuestro cuerpo y tardaríamos un poco más en recuperarnos. Sólo se recomendaría su toma si la fiebre es muy alta y tras la consulta con el médico. Si se toma sería aconsejable realizar una limpieza hepática ya que estos se absorben en el hígado y generan toxicidad. Paracetamol… dolostop, gelocatil…
• Antiinflamatorios: como la faringe están muy inflamada, se utilizan antiinflamatorios para bajar la inflamación y reducir así el dolor. Ibuprofeno, naproxeno, flurbiprofeno… lizifen, strefen…
La inflamación es una buena respuesta inmunológica para poner en marcha todo nuestro sistema de defensa que nos lleva a la curación. Si bajamos la inflamación aliviamos una molestia pero vamos en contra de nuestro sistema inmunológico. Entendemos el uso de antinflamatorios en esta patología cuando la inflamación de las amígdalas supone un riesgo importante para la salud, que hasta puede dificultar el tragar alimentos y respirar correctamente, pero no su uso habitual.
La toma de antiinflamatorios va hacer que el proceso no sea tan agudo, no haya tanto dolor y tanta inflamación, pero que se alargue en el tiempo. Es decir, unas anginas que pueden durar dos o tres días, tomando AINES no van a ser tan molestas pero van a durar más días y van a ir debilitando paulatinamente nuestro sistema inmunológico, facilitando las anginas de repetición.
El consumo de antiinflamatorios puede provocar lesiones en las mucosas, no sólo en la mucosa gástrica, sino en todas las mucosas. Por eso mucha gente consume en estos casos, omeprazol, creyéndose que se trata de un protector gástrico, pero no es así. El omeprazol es un antisecretor que modifica el pH gástrico inhibiendo la absorción de muchos nutrientes y vitaminas (vitamina B12), y disminuye los niveles de magnesio en sangre, alcalinizante natural, necesario para huesos, dientes, articulaciones… y cuyo déficit puede originar calambres, contracturas (subida de bola), parpadeo involuntario (tic del ojo), rigidez articular, acentuación de los dolores espasmódicos: regla, cólicos
• Antisépticos: son antimicrobianos de uso local, para chupar, hacer gárgaras… para evitar que avance la infección. Clorhexidina, cloruro de benzalconio… phonal, fodonal, faringesic, bucometasana…
No tienen una acción selectiva sólo para el patógeno, sino que también destruyen parte de nuestra flora bucofaríngea que es la que nos defiende de la entrada de microorganimos por la boca cuando comemos y respiramos.
• Antibióticos: sólo son útiles en anginas de origen bacteriano. La mayor parte de las faringitis son de origen vírico, para lo cual la medicina actual no tiene medicamentos eficaces. Sólo deberían de utilizarse los antibióticos cuando las placas que se observen en las amígdalas sean placas de pus causadas por una bacteria. El tener placas en las amígdalas no implica que haya pus, solo con la presencia real de pus es cuando está justificada la toma de un antibiótico.
En las anginas bacterianas de repetición, sería recomendable siempre la realización de un antibiograma, para saber que antibiótico será el adecuado para la infección y no crear así resistencias.
En el caso de que sea necesaria la toma de un antibiótico, siempre hay que suplementarlo con probióticos. No son recomendables los yogures, por el exceso de lácteos que supondría y porque muchos de los microorganismos están ya muertos, además de que pueden interferir en el mecanismo de acción de muchos antibióticos (azitromicinas, claritromicinas…)
El antibiótico no sólo mata la bacteria patógena, sino que también destruye las bacterias beneficiosas que se encuentran en nuestra flora intestinal. Esta flora puede tardar en recuperarse hasta dos años, tras la toma de un antibiótico.
La toma de los probióticos se separará dos horas de la toma del antibiótico ya que sino el antibiótico puede destruir también los probióticos.
AUMENTAR
• Tomar infusiones de flor de saúco y manzanilla (que son antisépticas, antiinflamatorias y analgésicas) con una cucharada de miel (tiene propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y ayuda a reparar la mucosa) y unas gotas de limón ( alcaliniza, promueve la producción de saliva y aporta vitamina C para el sistema inmune).
• Hacer gárgaras con agua de mar, por el aporte de minerales para la inmunidad, ya que el agua de mar es muy rica en oligoelementos.
• Una dieta rica en vitamina A y Beta carotenos (Huevos, zanahoria cruda, brócoli, calabaza, pimiento) ayudará a mejorar el estado de las mucosas de la garganta.
• No olvidarnos de la vitamina C para protegernos de las infecciones (cítricos, frutas…) Vitamin Voguel
• Vitamina D y E para el sistema inmunológico (pescados azules, pipas de girasol, frutos secos, aguacate, cereales integrales…).
• Ayudar al sistema inmunitario. Estos medicamentos potencian nuestro sistema inmune de manera natural, creando un escudo fuerte frente a patógenos.
• Para la mente: meditación, oración, yoga, control de la respiración y de las emociones.
• La dieta sería una dieta depurativa para drenar el sistema linfático ya que las amígdalas pertenecen al sistema linfático. Una dieta detoxificante a base de frutas y verduras (apio, uvas, piña, te verde…) le van ayudar a descargar la toxicidad del sistema linfático.
• Suplementar si es necesario con complementos y dieta para el sistema nervioso.
• El descanso también es importante a la hora de combatir tanto las infecciones bacterianas como víricas
DISMINUIR
• Evitar alimentos que irriten la mucosa: vinagre y alimentos muy ácidos y alimentos que mecánicamente irriten la mucosa al tragar: tostadas.
El estilo de vida es fundamental para la salud. Si no modifico mi estilo de vida me convertiré en un enfermo crónico. Los hábitos de vida de un paciente son decisivos para el éxito del tratamiento y para evitar su cronicidad. En todos los casos siempre hay quer reforzar nuestro sistema inmunológico.
La amgidalitis vírica está causada por un virus, mientras que la amigdalitis bacteriana se trata de una infección bacteriana, la más comúnes Streptococo, amigdalitis estreptocócica
Muchas veces existe la creencia de que las placas de pus en la garganta, en las amígdalas se tratar de una infección bacteriana y que necesitan antibiótico para su tratamiento. Pero lo cierto es que esas placas de pus, pueden ser producidas por hongos, por residuos acumulados, por virus o verdaderamenteo por bacterias. Por eso hay que tener cuidado a la hora de elegir el tratamiento ya que no siempre las placas de pus son sinónimo de anginas bacterianas que necesiten antibiótico para su tratamiento.
Los virus o bacterias que pueden producir las anginas se propagan mediante el contacto con gotitas respiratorias de los estornudos o las toses provenientes de una persona infectada. Por eso es muy importante también la buena frecuencia y calidad en la limpieza de las manos.