Azitromicina. Pertenece al grupo de antibióticos macrólido (J01F) perteneciente a grupo de los azálidos.
La eritromicina fue el primer macrólido descubierto, es el más utilizado y el que sirve de patrón para comparar los demás. La azitromicina químicamente deriva de la inserción de *un átomo de nitrógeno en el anillo lactona de la eritromicina.
La azitromicina pertenece al grupo de antibióticos macrólido (J01F) perteneciente a grupo de los azálidos.
La eritromicina fue el primer macrólido descubierto, es el más utilizado y el que sirve de patrón para comparar los demás. La azitromicina químicamente deriva de la inserción de un átomo de nitrógeno en el anillo lactona de la eritromicina. Actúa inhibiendo las síntesis de las proteínas bacterianas por unión a la subunidad 50S del ribosoma e inhibiendo la translocación de los péptidos.
La azitromicina tiene una biodisponibilidad oral del 35-40%, alcanzando a nivel plasmático máximo al cabo de 2-3 horas. Las comidas copiosas pueden reducir significativamente la absorción oral de algunas formas farmacéuticas (cápsulas). Es ampliamente distribuida por el organismo alcanzando concentraciones elevadas en:
Se excreta mayoritariamente con la bilis sin modificar, junto con diez metabolitos sin actividad farmacológica. El 6-12% de las dosis se excreta inalterado con la orina. Tiene una semivida de eliminación de 65-72h.
Está indicada para combatir diferentes infecciones bacterianas.
La azitromicina es algo menos activa que las demás frente a gram+, pero tiene mayor actividad que otros macrólidos frente a H.influenzae y chlamydia.
Estas son las bacterias sensibles a la azitromicina:
Es importantísimo recordar que el antibiótico hace frente únicamente a bacterias sensibles a ese antibiótico y que nunca va a combatir un virus.
Por eso, nunca podremos curar una gripe u otro virus con un antibiótico. El virus pueden bajar nuestras defensas y dejar paso a una infección bacteriana, lo que requerirá una toma de antibiótico. Por eso, es importantísimo subir las defensas para que nuestro sistema inmune sea capaz de hacerle frente al virus. Solo debemos tomar antibiótico con prescripción médica. Un uso inadecuado de antibióticos está creando un gran problema: La resistencia a los antibióticos.
Los antibióticos deben ser siempre utilizados bajo prescripción médica.
Es importante utilizar el antibiótico solamente cuando lo necesitamos y cuando el médico así lo indique, sino las bacterias pueden crear resistencias hacía el antibiótico.
La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos.
Los antibióticos dejan de ser efectivos y no consiguen combatir la bacteria, porque la bacteria muta y se hace más fuerte. Cada persona y cada bacteria debería ser tratada con un antibiótico específico, pero existen unos protocolos y unas pautas a seguir. Está puesto por escrito que antibiótico se debe administrar en cada situación o patología.
Por mucho que haya estudios que indican que antibiótico debe administrarse para cada bacteria, los protocolos y reglas son diferentes. Por eso, lo ideal sería hacer un antibiograma cada vez que se tiene una infección bacteriana y así dar el antibiótico específico para cada situación y bacteria. Pero, no hay dinero para hacer eso y solo se hacen antibiogramas cuando la toma de antibiótico no funciona en más de una ocasión. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes. La resistencia a los antibióticos hace que:
Cada vez es mayor el número de infecciones -por ejemplo, neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis- cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos.
La resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, pero el uso indebido de estos fármacos en el ser humano y los animales está acelerando el proceso. La resistencia a los antibióticos puede afectar a cualquier persona, sea cual sea su edad o el país en el que viva.
La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos.
Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través del lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria. Aun así, la gran parte de la resistencia a los antibióticos es creada por el uso de los antibióticos para el engorde del ganado.
Se hace un grandísimo consumo de antibióticos en los animales para el engorde.
La palabra engorde no significada que se utilicen para engordar a las vacas, los cerdos, los pollo… que luego consumimos, sino que hace referencia a los antibióticos que se administran con el pienso y a la dieta al ganado para que no enfermen. Los antibióticos se utilizan para prevenir la infección y se les administra con la dieta aunque no estén infectados. Si enferma, tendrían que darle una dosis más alta de antibiótico y esto supondría una gran pérdida porque tendría que pasar semanas sin ordeñar la vaca… por eso, el antibiótico se da en pequeñas dosis, pero continuamente y esto está admitido por el ministerio de sanidad.
A medida que pasan los años la curva ascendente de la dosis de antibióticos y diversidad de antibiótico que se administrada al ganado es mayor. Cada vez se necesita usar más dosis de antibiótico y diferentes antibióticos. La comida bio tampoco se queda exenta de todo esto, no deben engañarnos. A las vacas bio también se les administran antibióticos, aunque tienen más regulada la cantidad y diversidad de los antibióticos.
Los veganos también debería tener cuidado, a la tierra y a las plantas también se les echa antibiótico. Todo esto lleva años y años matando la diversidad de la tierra. En los años ochenta, la alimentación vegetal era mucho más rica en probióticos, pero ahora es importante un aporte extra de probióticos para una buena salud intestinal.
Es importante un uso prudente de los antibióticos durante la pandemia. (AEMPS 27 MAYO 2020)
La prescripción excesiva o inadecuada de antibióticos en el contexto de la pandemia de COVID-19 podría facilitar el desarrollo de bacterias resistentes y reducir la eficacia de futuros tratamientos. (AEMPS 27 MAYO 2020)
Aunque el COVID-19 es una infección vírica, hay pacientes con posible infección bacteriana secundaria en los que debe considerarse la prescripción antibiótica de acuerdo con las recomendaciones del Plan Nacional frente a la Resistencia de Antibióticos (PRAN) (AEMPS 27 MAYO 2020)
Las medidas adoptadas en el ámbito veterinario para frenar la transmisión del virus incluyen estrategias para la prevención de infecciones como la mejora en la bioseguridad de las explotaciones ganaderas. (AEMPS 27 MAYO 2020)
Además de la resistencia que pueden crear los antibióticos, la toma de ellos también pueden crear otros efectos colaterales. Aun así, es importante recalcar que es de los únicos medicamentos que nos son simplemente sintomáticos. No solo nos mejora los síntomas y nos hace sentir mejor. En este caso, también mata la causa que nos está haciendo daño en nuestro cuerpo, mata la bacteria.
EXPERIENCIA REAL EN LA FARMACIA
Se tolera bien, con una baja incidencia de efectos secundarios. La mayoría de los observados fueron de intensidad leve o moderada y de tipo gatrointestinal como diarrea, heces blandas, naúseas, dolor abdominal y vómitos.
Pero, el antibiótico hace frente a cepas de diferentes microorganismos que son beneficiosas y necesarias para el cuerpo humano (la microflora). La microflora, microbiota o flora intestinal es la colectividad de comunidades microbianas que pueblan las superficies mucosas de cada individuo humano.
Cada humano alberga unos 100 billones de bacterias de unas 400 especies distintas. La gran biodiversidad de especies dentro del ecosistema intestinal facilita la vida y el desarrollo del conjunto, que incluye no sólo a la microbiota, sino también al anfitrión humano. Más del 95% de la flora vive en el tracto digestivo, principalmente en el colon, donde desempeña importantes funciones sobre la digestión, la producción de algunas vitaminas y la protección contra otros microorganismos que pueden ser perjudiciales.
Los antibióticos dañan siempre la flora intestinal. Tomar azitromicina por su mecanismo de acción siempre va a dañar y desequilibrar la flora intestinal que es fundamental para un buen funcionamiento intestinal, entre muchas otras cosas. Aunque yo no note ningún efecto secundario del medicamento, por su mecanismo de acción va a producir siempre efectos no deseados aunque no se manifiesten.
Los siguientes síntomas secundarios pueden manifestarse o no, según la capacidad de compensación de nuestro cuerpo:
Este riesgo aumenta con dosis altas y cuando se administra con otros medicamentos que también comparten este posible riesgo.
Medicamentos que no se deben tomar con Azitromicina
Los medicamentos que pueden ocasionar prolongación de QT y por lo tanto que no están recomendados con la toma de azitromicina son los siguientes:
En el siguiente enlace puedes informarte más sobre los medicamentos que tienen riesgo de crear la prolongación de QT en ECG: (https://cadime.es/images/documentos_archivos_web/BTA/2017/CADIME_BTA_32_02.pdf)
Factores de riego de prolongación del intervalo QT del ECG
No es aconsejable por lo tanto la combinación de azitromicina con esos medicamentos, especialmente en pacientes con factores de riesgo de un intervalo QT prolongado. Los factores de riesgo son:
En caso de necesitar administrarlo en alguna de estas condiciones, se realizará una vigilancia estrecha del paciente, informándole sobre los síntomas que pueda tener y diciéndoles que deben avisar al médico ante el mínimo signo, y extremando la precaución y la vigilancia del paciente al principio del tratamiento por riesgo de que aparezcan trastorno neuropsiquiátricos graves (AEMPS MAYO 2020).
Los antibióticos pueden dañan siempre la flora intestinal. Tomar azitromicina por su mecanismo de acción siempre va a dañar y desequilibrar la flora intestinal que es fundamental para un buen funcionamiento intestinal, entre muchas otras cosas. Aunque yo no note ningún efecto secundario del medicamento, por su mecanismo de acción va a producir siempre efectos no deseados aunque no se manifiesten.
Los siguientes síntomas secundarios pueden manifestarse o no, según la capacidad de compensación de nuestro cuerpo, pero siempre va a desequilibrar la flora intestinal. Por eso, siempre debemos suplementar la toma de antibióticos con probióticos. Los probióticos son microorganismos vivos -principalmente bacterias− que, administrados en la cantidad adecuada, tienen efectos beneficiosos para la salud.
Los probióticos más comúnmente utilizados pertenecen a los grupos de:
Cada uno de estos grupos incluye diferentes tipos de bacterias con funciones distintas; por lo tanto, no todos los probióticos ejercen los mismos efectos. La mayoría contribuyen a mantener una flora microbiana adecuada y a la regeneración de la flora intestinal tras su alteración. Además, actúan frente a los microorganismos dañinos a través de distintas acciones: la preservación de las barreras naturales del tracto digestivo, la producción de sustancias que impiden el crecimiento de los microorganismos nocivos, mantienen una acidez adecuada en el intestino, o compiten por los nutrientes con estos microorganismos (comerá el microorganismo nocivo para nuestra a salud o comerán las bacterias buenos de nuestra flora intestinal).
Algunos de los probióticos adecuados para regenerar la flora intestinal son: LACTIBIANE ATB, PEARLS, SYMBIOTIC (este producto tiene también prebióticos (de lo que se alimentan las bacterias buenas)) , SYMBIOFLOR…
Aun así, siempre deberíamos suplementar estos antibióticos con probióticos, por muy naturales que sean también desequilibran la flora intestinal.
La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través del lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria.
Es mejor prevenir que curar. Cuando nos ponemos enfermos, tenemos algún resfriado, gripe o algún otro virus tendemos a tomar un medicamento sintomático que solemos tener en nuestro botiquín de casa. Todos estos medicamentos antigripales, antitérmicos, analgésicos o antiinflamatorios simplemente ayudan a sentirnos mejor, a tener menos dolor, menos inflamación o reducir la fiebre. Pero, no nos cura ni nos trata la causa y además estos medicamentos bajan nuestra defensas.
Un porcentaje muy alto de las veces las infecciones al principio suelen ser víricas. Pero, los virus bajan las defensas y los tratamientos sintomáticos que estamos tomando todavía más, Esto implica que para la bacteria sea más fácil infectar la zona y por lo tanto se crean sobreinfecciones bacterianas. Por eso, lo importante es subir las defensas y así evitar la toma de medicamentos. Esto puede hacer con diferentes suplementos como la echinacea, la vitamina C… y con una alimentación rica en vitamina C y zinc.
Aun así, cuando la infección es bacteriana el médico nos prescribirá un antibiótico. Debemos tomarlo cuando ella o él nos lo indique y en el tiempo que nos ha indicado para evitar resistencias. En estos casos la toma de alimentos probióticos es muy importante. Los alimentos probióticos naturales son lo que han pasado un proceso de fermentación natural. Introducir estos día a día puede ser favorable para el transito intestinal, el sistema inmune… y, sobre todo, es importante consumirlos con la toma del antibiótico.
Es importante que contenga probióticos vivos, es decir que no haya sido pasteurizado. La leche de cabra y oveja son más ricas en probióticos que los de vaca. Normalmente, solemos consumir yogures de vaca y la mayoría de yogures del supermercado han sido pasteurizados. Por lo que no nos serviría. Además, mantenerlos en una temperatura óptima es muy importante para mantener vivos los probióticos de los yogures, muchas veces estos mueren de camino a casa.
Probablemente te suene, y mucho, y es que es otro de los grandes conocidos dentro del mundo de los probióticos. Es un producto lácteo fermentado por una combinación de bacterias y levaduras. Tiene más probióticos que el yogurt.
El queso elaborado con leche cruda (importante que no haya sido pasteurizada) es una fuente de probióticos vivos. El queso de cabra y de vaca tiene más probióticos. La mayoría de quesos crudos del supermercado hechos a base de leche pasteurizada. El queso crudo y fresco es el adecuado.
La kombucha es una bebida probiótica elaborada a base de té fermentado por una colonia de microorganismos llamada scoby
Es uno de los alimentos probióticos más conocidos, se elabora fermentando repollo o col blanca. Es importante que no se haya pasteurizado.
miso es una especie de pasta fermentada de soja, sal y koji (un hongo originario de china que hace la magia de la fermentación). El truco es añadir un poco de esa pasta de miso en la sopa para beneficiarnos de sus propiedades probióticos. Es muy importante que la sopa no llegue a hervir para la supervivencia de los microorganismos probióticos vivos.
Son una fuente de nutrientes y probióticos. Algunos ejemplos de estas algas son la espirulina, chorella o el alga kombu.. .Se puede encontrar en polvo o deshidratada para reconstruir con agua. Para introducirlas en nuestra alimentación se pueden añadir en sopas, caldos o ensaladas. En polvo son perfectas para hacer batidos verdes.
han pasado por una fermentación láctea a la acción del vinagre creando probióticos vivos que luego ingerimos y nos ayudan a equilibrar nuestra flora intestianl