El Omeprazol no es un protector gástrico, no es un protector de estómago, es un anti secretor. El omeprazol es un inhibidor de la bomba de protones que va a modificar el PH del estómago, la acidez gástrica.
El estómago es un órgano fundamental que realiza dos funciones principales:
- una función digestiva fundamentalmente de grasas y proteínas y
- esterilizadora para inhibir y destruir microorganismos que entran a través de la alimentación y de la respiración en nuestro estómago.
El déficit de ácido va a hacer más lentas y pesadas nuestras digestiones.
Esta acidez también es importante para la absorción de algunos nutrientes como la vitamina B12, y de cationes como el magnesio, que pueden verse disminuidos por la toma del omeprazol.
El magnesio es muy importante para evitar calambres musculares, torticolis, rigidez arterial, y también para el sistema óseo.
De hecho en la farmacia, cuando los pacientes vienen con estos síntomas, solemos preguntar si toman omeprazol habitualmente, y en muchas ocasiones nos responden afirmativamente; en cuyo caso habría que suplementarles la dieta con magnesio.
Si además tomamos crónicamente el omeprazol, este déficit de acidez se va a manifestar también a nivel del intestino, modificando su ph impidiendo la absorción de otros nutrientes modificando por tanto toda nuestra microbiota intestinal, alterando nuestras deposiciones pudiendo llegar a tener una repercusión sistémica más importante.
Además el omeprazol se utiliza falsamente como un protector gástrico, asociándolo a medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno. Si asociamos ambos medicamentos podemos causar daño por doble vía a nuestra mucosa gástrica, pudiendo llegar a producir una hipoclorhidria, un déficit de ácido crónico y además atrofia sobre nuestra mucosa.
Por eso el omeprazol es un medicamento siempre bajo prescripción médica, y no debe de usarse de modo continuado más de 8 semanas.