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HAY QUE DEJAR EL AZÚCAR Y CAMBIARLO POR...

El azucar de toda la vida, como la diabetes y la obesidad de toda la vida. Algo que hay que abandonar ahora que aprendemos mas ..

Como muchos de ustedes yo crecí dando por sentado que el azúcar era un alimento obligado tanto en los desayunos, como las meriendas, y allá donde me apeteciera algo dulce, y así fue durante décadas porque la industria publicitaria y de alimentos procesados nos han indoctrinado en esa creencia. Sin embargo, estaba equivocado.

De hecho, en sentido estricto ni siquiera puede describirse como un alimento, pues se parece mas a un medicamento que a cualquier otra cosa. Consumir un medicamento varias veces al día durante años o décadas es algo que, salvo prescripción medica, no es algo que una persona sana entienda que hay que hacer, sin embargo lo hacemos sin pensarlo dos veces.

El resultado es mas que evidente: una epidemia de personas de mediana edad en estado pre-diabético o diabetes consolidada o personas con obesidad y cúmulos de grasa en las vísceras, con todas las consecuencias negativas de la perdida de salud e incluso del dinero que cuestan los tratamientos crónicos.

El azúcar es un disacárido que consta de dos moléculas, la glucosa y la fructosa, y como ven, basta la ruptura de un enlace para que la glucosa, principal fuel del organismo, se rompa y entre al torrente sanguíneo de manera casi inmediata. Y es por ello que surgen los problemas: de un lado los picos de glucosa terminan por causar una falta de respuesta del páncreas para poder responder con la producción de insulina necesaria para regular o controlar esta glucosa.

De otro lado, al hígado, que no sabe que hacer con tanta glucosa, no le queda mas remedio que convertirlo en grasa.

Las mujeres tienen mas suerte pues suelen acumular la grasa en la periferia, caderas, piernas etc., mientras que los hombres la almacenamos en las vísceras, peritoneo, abdomen, con lo cual el riesgo de infiltración al torrente sanguíneo (y de ahí, los problemas cardiovasculares) es mayor. Decididamente hay que abandonar el azúcar.

¿Qué hacer pues si el desayuno nos resulta soso? 

Una mala opción ha sido  y sigue siendo los edulcorantes artificiales, los cuales, ya en su propia definición como artificiales son indicativos de que de bueno nada. 

Parece por ello que si hubiera algo de sabor dulce, que fuera natural, que no tuviera las características de una droga adictiva como era el caso del azúcar, seria lo ideal;  

Lo hay:

La Stevia es un arbusto herbáceo de la familia del crisantemo que crece en Sudamérica. No provoca la respuesta de la insulina que sucedía con el páncreas y el azúcar.  Por si fuera poco, controla la diabetes, regula la presión arterial y mejora la circulación. 

Pero incluso aquí hay que saber también que forma de Stevia es la adecuada y de cual hay que prescindir y evitar absolutamente. Nos hemos tomado el trabajo de seleccionar la mejor.