La fosfomicina es un antibiótico. El nombre comercial más conocido es el monurol.
La fosfomicina es un antibiótico de acción bactericida, sin relación estructural con otros antibacterianos.
Es un antibiótico de amplio espectro aunque actúa más intensamente sobre las bacterias Gram positivas (staphyloccos aureus y streptococus). También es activo en bacterias gram negativas (Escherichia- coli (E coli)).
Escherichia Coli suele ser la causa más común en las infecciones urinarias y la fosfomicina suele utilizarse, sobre todo, para tratar este tipo de infecciones. Cada persona y cada bacteria debería ser tratada con un antibiótico específico, pero existen unos protocolos y unas pautas a seguir. Está puesto por escrito que antibiótico se debe administrar en cada situación o patología. Por mucho que haya estudios que indican que antibiótico debe administrarse para cada bacteria, los protocolos y reglas son diferentes. Lo ideal sería hacer un antibiograma cada vez que se tiene una infección bacteriana y así dar el antibiótico específico para cada situación y bacteria. Pero, no hay dinero para hacer eso y solo se hacen antibiogramas cuando la toma de antibiótico no funciona en más de una ocasión.
La fosfomicina se administra vía oral en forma de sal cálcica y trometamol. La biodisponibilidad oral de la fosfomicina cálcica es muy baja. La fosfomicina trometamol (más conocida con la marca MONUROL), en cambio, se absorbe bien vía oral y es rápidamente convertida en fosfomicina libre, alcanzando concentraciones terapéuticas en orina hasta 36 horas después de su administración en dosis única.
Cistitis aguda pero no complicada en mujeres >12 años: 3g de fosfomicina una sola vez, la forma farmacéutica suele ser en granulado para solución oral en sobres.
La fosfomicina trometamol (monurol) vía oral está indicada para la profilaxis y tratamiento de las infecciones agudas no complicadas de las vías urinarias bajas, producidas por gérmenes sensibles a la fosfomicina (sobre todo suelen ser creadas por el E-coli).
La toma de la fosfomicina debe complementarse siempre con mucha agua. La toma de agua nos ayudará a eliminar el patógeno de la vía urinaria más fácilmente. Con esto evitaremos que el patógeno llegue a los riñones y que no cree una infección sistémica y más grave junto con fiebre o síntomas más graves.
Los antibióticos deben ser siempre utilizados bajo prescripción médica.
Es importante utilizar el antibiótico solamente cuando lo necesitamos y cuando el médico así lo indique, sino las bacterias pueden crear resistencias hacía el antibiótico.
La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos.
Los antibióticos dejan de ser efectivos y no consiguen combatir la bacteria, porque la bacteria muta y se hace más fuerte. Cada persona y cada bacteria debería ser tratada con un antibiótico específico, pero existen unos protocolos y unas pautas a seguir. Está puesto por escrito que antibiótico se debe administrar en cada situación o patología.
Por mucho que haya estudios que indican que antibiótico debe administrarse para cada bacteria, los protocolos y reglas son diferentes. Por eso, lo ideal sería hacer un antibiograma cada vez que se tiene una infección bacteriana y así dar el antibiótico específico para cada situación y bacteria. Pero, no hay dinero para hacer eso y solo se hacen antibiogramas cuando la toma de antibiótico no funciona en más de una ocasión. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes. La resistencia a los antibióticos hace que:
Cada vez es mayor el número de infecciones -por ejemplo, neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis- cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos.
La resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, pero el uso indebido de estos fármacos en el ser humano y los animales está acelerando el proceso. La resistencia a los antibióticos puede afectar a cualquier persona, sea cual sea su edad o el país en el que viva.
La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos.
Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través del lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria. Aun así, la gran parte de la resistencia a los antibióticos es creada por el uso de los antibióticos para el engorde del ganado.
Se hace un grandísimo consumo de antibióticos en los animales para el engorde.
La palabra engorde no significada que se utilicen para engordar a las vacas, los cerdos, los pollo… que luego consumimos, sino que hace referencia a los antibióticos que se administran con el pienso y a la dieta al ganado para que no enfermen. Los antibióticos se utilizan para prevenir la infección y se les administra con la dieta aunque no estén infectados. Si enferma, tendrían que darle una dosis más alta de antibiótico y esto supondría una gran pérdida porque tendría que pasar semanas sin ordeñar la vaca… por eso, el antibiótico se da en pequeñas dosis, pero continuamente y esto está admitido por el ministerio de sanidad.
A medida que pasan los años la curva ascendente de la dosis de antibióticos y diversidad de antibiótico que se administrada al ganado es mayor. Cada vez se necesita usar más dosis de antibiótico y diferentes antibióticos. La comida bio tampoco se queda exenta de todo esto, no deben engañarnos. A las vacas bio también se les administran antibióticos, aunque tienen más regulada la cantidad y diversidad de los antibióticos.
Los veganos también debería tener cuidado, a la tierra y a las plantas también se les echa antibiótico. Todo esto lleva años y años matando la diversidad de la tierra. En los años ochenta, la alimentación vegetal era mucho más rica en probióticos, pero ahora es importante un aporte extra de probióticos para una buena salud intestinal.
Es importante un uso prudente de los antibióticos durante la pandemia. (AEMPS 27 MAYO 2020)
La prescripción excesiva o inadecuada de antibióticos en el contexto de la pandemia de COVID-19 podría facilitar el desarrollo de bacterias resistentes y reducir la eficacia de futuros tratamientos. (AEMPS 27 MAYO 2020)
Aunque el COVID-19 es una infección vírica, hay pacientes con posible infección bacteriana secundaria en los que debe considerarse la prescripción antibiótica de acuerdo con las recomendaciones del Plan Nacional frente a la Resistencia de Antibióticos (PRAN) (AEMPS 27 MAYO 2020)
Las medidas adoptadas en el ámbito veterinario para frenar la transmisión del virus incluyen estrategias para la prevención de infecciones como la mejora en la bioseguridad de las explotaciones ganaderas. (AEMPS 27 MAYO 2020)
Además de la resistencia que pueden crear los antibióticos, la toma de ellos también pueden crear otros efectos colaterales. Aun así, es importante recalcar que es de los únicos medicamentos que nos son simplemente sintomáticos. No solo nos mejora los síntomas y nos hace sentir mejor. En este caso, también mata la causa que nos está haciendo daño en nuestro cuerpo, mata la bacteria.
La toma de la fosfomicina debe complementarse siempre con mucha agua. La toma de agua nos ayudará a eliminar el patógeno de la vía urinaria más fácilmente. Con esto evitaremos que el patógeno llegue a los riñones y que no cree una infección sistémica y más grave junto con fiebre o síntomas más graves.
EXPERIENCIA REAL EN LA FARMACIA
Pero, es un antibiótico de amplio espectro y hace frente a cepas de diferentes microorganismos que son beneficiosas y necesarias para el cuerpo humano (la microflora). La microflora, microbiota o flora intestinal es la colectividad de comunidades microbianas que pueblan las superficies mucosas de cada individuo humano.
Cada humano alberga unos 100 billones de bacterias de unas 400 especies distintas. La gran biodiversidad de especies dentro del ecosistema intestinal facilita la vida y el desarrollo del conjunto, que incluye no sólo a la microbiota, sino también al anfitrión humano. Más del 95% de la flora vive en el tracto digestivo, principalmente en el colon, donde desempeña importantes funciones sobre la digestión, la producción de algunas vitaminas y la protección contra otros microorganismos que pueden ser perjudiciales.
Los antibióticos dañan siempre la flora intestinal. Tomar fosfomicina por su mecanismo de acción siempre va a dañar y desequilibrar la flora intestinal que es fundamental para un buen funcionamiento intestinal, entre muchas otras cosas. Aunque yo no note ningún efecto secundario del medicamento, por su mecanismo de acción va a producir SIEMPRE efectos no deseados aunque no se manifiesten. Los siguientes síntomas secundarios pueden manifestarse o no, según la capacidad de compensación de nuestro cuerpo (pero, aunque no se manifiesten el daño en la flora intestinal siempre está):
Podemos intentar sustituir una medicación química y fuerte como es la fosfomicina (Monurol) por medicación más natural y menos dañina. Además evitaríamos un uso excesivo de este antibiótico y reduciríamos el riesgo de crear resistencias. Se trata de antibióticos naturales que pueden ser muy efectivos para la infección de orina, que tienen menos efectos secundarios y que se pueden dispensar sin receta.
Aun así, siempre deberíamos suplementar estos antibióticos con probióticos, por muy naturales que sean también desequilibran la flora intestinal. Su efecto es mayor cuanto antes se tome y debe estar acompañado de mucha agua. Es mejor no esperar a que los síntomas se agraven o avancen para evitar el uso de un antibiótico.
Tomar fosfomicina por su mecanismo de acción siempre va a dañar y desequilibrar la flora intestinal que es fundamental para un buen funcionamiento intestinal, entre muchas otras cosas. Aunque yo no note ningún efecto secundario del medicamento, por su mecanismo de acción va a producir siempre efectos no deseados aunque no se manifiesten. Los siguientes síntomas secundarios pueden manifestarse o no, según la capacidad de compensación de nuestro cuerpo, pero siempre va a desequilibrar la flora intestinal. Por eso, siempre debemos suplementar la toma de antibióticos con probióticos.
Los probióticos son microorganismos, principalmente bacterias, que, administrados en la cantidad adecuada, tienen efectos beneficiosos para la salud. Los probióticos más comúnmente utilizados pertenecen a los grupos de los lactobacilos y las bifidobacterias, y cada uno de estos grupos incluye diferentes tipos de bacterias con funciones distintas; por lo tanto, no todos los probióticos ejercen los mismos efectos.
La mayoría contribuyen a mantener una flora microbiana adecuada y a la regeneración de la flora intestinal tras su alteración. Además, actúan frente a los microorganismos dañinos a través de distintas acciones
Algunos de los probióticos adecuados para regenerar la flora intestinal son:
Las recaídas en las infecciones urinarias suelen ser habituales. Los factores de riesgo son, entre otros:
Para evitar la infecciones urinarias de repetición debemos tratar la causa de las cistitis. Está claro que el antibiótico (bien natural o bien químico) nos matará la bacteria que nos está creando la infección. Pero, algo estamos haciendo mal si la infección vuelve años tras año o cada mes. Por ello, os ofrecemos varios suplementos que pueden acabar con las infecciones de repetición:
La toma de alimentos probióticos nos ayudarán también a mantener una digestión adecuada y a prevenir estreñimientos crónicos. El estreñimiento es uno de los factores de riesgo de sufrir infecciones de orina de repetición. Para evitar el estreñimiento también debemos beber mucho líquido.
Es recomendable una buena higiene vaginal con un gel con PH neutro específico para una limpieza óptima. Además, debemos secar bien nuestra zona íntima y no mantenerla húmeda durante mucho tiempo. Esto es especialmente importante en verano o cuando vamos a la piscina. Hay que quitarse el bañador húmedo. Cuidado con no sentarse en sitios muy fríos. Es mejor usar ropa interior de algodón y no sintética. Además, el uso de material para la menstruación como tampones y compresas es recomendable que sea 100% algodón o de tela, transpirables, hipoalergénicas y libres de cloro, plástico y perfume.