Compra vitaminas naturales de farmacia al mejor precio en farmacia natural Olaiz www.olaiz.com. El sistema inmune, es el sistema de defensa del cuerpo contra las infecciones. El sistema inmunitario, ataca a los organismos y sustancias que invaden el cuerpo y provocan enfermedades. Se compone de una red de células, tejidos y órganos que trabajan en conjunto para proteger al cuerpo.
En nuestro amplio catálogo podrás encontrar numerosas vitaminas, minerales, plantas y hongos en distintas presentaciones, para fortalecer nuestras defensas y nuestro sistema inmune.
Dentro de las vitaminas encontramos la vitamina C, la vitamina D, la vitamina A, la vitamina E, la vitamina B2, la vitamina B6.. Las vitaminas para reforzar las defensas las podemos encontrar en formato comprimidos, en gotas, en comprimidos efervescentes, en jarabes...
Dentro de los minerales destacamos el Zinc y el Selenio, que podemos encontrarlos en formato cápsulas y comprimidos.
Las plantas con propiedades inmunomoduladoras más conocidas son la echinacea y el pelargonium que podemos encontrarlos en formato comprimidos, gotas, jarabe, sobres...
Tomando los suplementos con vitaminas para mejorar nuestras defensas conseguiremos estar más fuertes, para prevenir las enfermedades, para tener más energía y vitalidad y así no enfermar.
En nuestra farmacia natural encontrarás un amplio catálogo con las mejores marcas y la mejor calidad de vitaminas para las defensas.
La vitamina C se puede tomar de muchas maneras y de muchos formatos.
La vitamina C de Vogel es un complemento alimenticio con vitamina c natural proveniente de la acerola, fruto de pasiflora, espino amarillo y escaramujo. Es un preparado vitamínico natural para fortalecer el sistema inmune y evitar el estrés oxidativo. Se toma un comprimido al día masticado o disuelto en la boca.
La vitamina C Ester C es un complemento alimenticio para adultos que aporta Vitamina C no ácido junto con ingredientes que facilitan su absorción. Tomar 1 comprimido al día con una comida, preferentemente con las comidas.
La vitamina D aumenta las defensas ya que estimula el sistema inmunitario innato, estimuladno macrófagos y células dendríticas que actúan barrera impidiendo la entrada de distintos patógenos. Además estimulan también el sistema inmunitario adaptativo, aumentando los linfocitos T y produciendo reacciones antígeno-anticuerpo.
La vitamina D la podemos encontrar tanto en cápsulas como en gotas.
La vitamina D en forma de gotas ergy D. Es un complemento rico en vitamina D3 de origen natural que contribuye al funcionamiento del sistema inmunitario. Una gota al día aporta 5 microgramos de vitamina D3, si lo que queremos es estimular el sistema inmune, deberemos aumentar la toma.
La vitamina D en forma de cápsulas Solgar se toma 1 cápsula al día, preferentemente con las comidas.
Si, la echinacea se trata de una planta con propiedades inmunomoduladoras.
En nuestra farmacia online, podrás encontrar una amplia variedad de complementos a base de echinacea de la mejor calidad.
Echinamed comprimidos es un medicamento a base de echinacea purpurea, como preventivo para ayudar a nuestras defensas solemos recomendarlo una vez al día.
Echinamed gotas es un medicamento en formato gotas con echinacea purpúrea que podemos tomarlo tanto como preventivo, ayudandonos a reforzar nuestras defensas, o podemos tomarlo como tratamiento en el caso de resfriado común, gripe...
La lactoferrina estimula la capacidad del sistema inmunológico para hacer frente a las infecciones.
El sistema inmunitario es el conjunto de elementos y procesos biológicos que permite a un organismo mantener el equilibrio interno frenet a agresiones externas, es decir, es el sistema de defensa de nuestro cuerpo, ataca a los patógenos y nos ayuda a mantenernos sanos.
Es un sistema complejo formado por órganos, tejidos y células repartidas por todo el cuerpo, que se clasifican en primarios y secundarios. Los primarios proporcionan el microambiente para la maduración de los góbulos blancos (las células encargadas de defender el organismo) y son la médula ósea y el timo. en los secundarios las células inmunitarias terminan su diferenciación o se activan produciendo una respuesta inmune, estos son principalmente el bazo y los ganglios linfáticos.
Cuando el cuerpo detecta un intruso (una sustancia no reconocida que lo invade) el sistema inmunitario trabaja para reconocerlo y eliminarlo. Estas sustancias se denominan antígenos.
Para protegernos de estas sustancias, nuestro sistema inmune activa células defensoras que producirán proteínas específicas para el patógeno detectado.
Estos sodados que nos protegen son los fagocitos que dvoran organismos invasores, y los linfocitos que ayudan al cuerpo a reconocer, destruir invasores y a adaptarse. Estos últimos se dividen entre los linfocitos B y los linfocitos T. El equipo B se encarga de fabricar anticuerpos, proteínas especializadas que localizan e inmovilizan antígenos, pero no los pueden destruir sin ayuda, esa es la función del equipo T.
Los anticuerpos generados por los linfocitos B permanecen en el cuerpo aún habiendo destruido los antígenos, por esa razón nuestro cuerpo a veces es inmune a algunas enfermedades tras haberlas combatiso, porque si el sistema inmunitario vuelve a detectar ese patógeno, lo reconocerá rapidamente y activará todos los mecanismos de defensa para eliminarlo.
Posiblemente sea el sistema inmune que más necesite de nuestra atención pues este es el responsable de protegernos ante las afresiones y de regular nuestro organismo. De no hacerlo correctamente, un sistema inmunológico débil puede desencadenar muchos problemas de salud.
Cuando algo no funciona en nuestra barrera de protección, se puede manifestar de diversas formas y éstas pueden agudizarse si ignoramos las señales que el organismo intenta darnos. Por otro lado, los hábitos más sencillos que a menudo olvidamos como beber abundante agua a lo largo del día, pueden debilitar nuestro organismo.
Un ssitema inmune débil es incapaz d combatir adecuadamente las amenazas externas y éstas pueden infiltrarse más fácilmente, por eso el síntoma principal de un sistema inmunitario debilitado es la susceptibilidad a infecciones. Las señales pueden ser muy variadas: tener resfriados muy a amenudo, infecciones urinarias, encías sensibles e inflamadas, cída del cabello, sufrir dolores de cabeza, solor muscular, cansancio...
Detectar si estas señales provienen de unsistema inmunológico débil, puede que no sea fácil ya que decíamos no les prestamos demasiadaatención o pueden estar indicándonos otros problemas en nuestro organismo.
Como siempre, cuidar de nuestra salud en todos los aspectos es lo que nos va a permitir tener un organismo saludable y en equilibrio, pero estas son algunas de las cosas que podemos tener en cuenta para cuidar de nuestro sistema inmune.
Mantener una buena higiene hará que mantengamos alejados los agentes externos que causan enfermedades.
Lavarnos las manos de forma adecuada y frecuentemente, lavar los alimentos que vamos a consumir, cambiar a menudo de sábanas, ventilar a diario los espacios, sobretodo aquellos que compartimos.
El estrés es un factor determinante que afecta a la capacidad de nuestro sistema inmunológico. Sí, el estrés baja las defensas. El cuerpo humano está preparado de forma natural para reaccionar frente ciertos niveles de estrés liberando adrenalina y cortisol, pero cuando el estrés se prolonga en el tiempo puede ser una amenaza y alterar las funciones del sistema inmunológico. Del mismo modo, la actividad física moderada y un sueño reparador nos ayudarán a mantener ese apreciado equilibrio inmunológico.
En cuanto a los hábitos alimenticios, el mantenimiento del sistema inmunológico requiere un consumo constante de todas las vitaminas y minerales necesarios, especialemente aquellas que el cuerpo o produce. Las personas mal alimentadas que consumen alimentos procesados, azúcar y sal en altas cantidades, cafeína, alcohol y tabaco frecuentemente tienen un mayor riesgo de contraer infecciones. junto con la hidratación, algunos de los alimentos que ayudarán a reforzar nuestro sistema inmunitario son: la carne blanca, los boniatos y la patata, las verduras, el pescado azul, las frutas, las legumbres... Seguir una dieta mediterránea variada y equilibrada suele ser síntoma de una buena salud.
La vitamina C pertenece al grupo de vitaminas hidrosolubles. Es un nutriente esencial que el humano no puede sintetizar, con lo que debemos obtenerlo de la dieta o de suplementos alimenticios. Posee efectos beneficiosos sobre el sistema inmune innato y el adaptativo. Contribuye a la normal función del sistema inmune y además actúa como antioxidante y como factor esencial en numerosas reacciones enzimáticas como la biosíntesis de colágeno en la piel, huesos, cartílagos y vasos sanguíneos. Por esto, es fundamental para el correcto funcionamiento de una gran variedad de procesos celulares. Destaca también su papel para el funcionamiento del metabolismo energético y en la absorción del hierro.
Fuentes de vitamina C: cítricos, kiwis, fresas, perejil, frutas del bosque, espinacas, brócoli,...
La vitamina D es una vitamina liposoluble, una de las más importantes de nuestro sistema inmune. Es la que presenta el antígeno al anticuerpo, por lo que es esencial para mantener las defensas en un estado óptimo. Hace que las células dendríticas se comuniquen mejor con las células T, ayudando a desencadenar la respuesta inmune. También regula la producción de las citoquinas.
Fuentes de vitamina D: aceites de pescado, huevos, parte grasa de los lácteos
La vitamina A estimula la producción de linfocitos. Además posee un papel importante en la formación de la mucosa de las vías respiratorias. Las mucosas forman una barrera natural que tienen que atravesar los cuerpos que transportan infecciones por la boca y la faringe. Una ingesta insuficiente de vitamina A provoca que los cilios de las mucosas de la nariz y los pulmones se vuelvan inmóviles y por lo tanto dejen de cumplir su función. Sólo los cilios móviles son capaces de expulsar gérmenes intrusos u otras sustancias nocivas que accedan a las vías respiratorias antes de que puedan causar enfermedades. Con la reducción del movimiento de los cilios se forma además una mucosidad más espesa, medio de cultivo ideal para agentes patógenos. También la mucosa intestinal tiene una importante función de barrera, y la vitamina A participa de forma decisiva en su efecto protector contra gérmenes patógenos.
Fuentes de vitamina A: aceite hígado de bacalao, lácteos (enteros), yema de huevo, berberechos, sardinas...
La vitamina E es un antioxidante que potencia la función de los linfocitos T, al potenciar las paredes celulares. Además posee un papel importante en la reducción de la inflamación.
Fuentes de vitamina E: aceites vegetales, nueces, semillas, espinacas, brócoli...
La vitamina B2 es un antioxidante precursor de varias moléculas que participan en numerosas reacciones químicas en las células y desempeña un papel en la degradación de ciertas moléculas (ácidos grasos, algunos aminoácidos, bases púricas) y con efecto antioxidante que fortalece en el sistema inmune.
Fuentes de vitamina B2: las carnes magras, los huevos y las verduras verdes.
El Zinc es un micronutriente capaz de estabilizar las membranas celulares humanas para evitar la entrada de patógenos. Actúa favoreciendo la producción de citoquinas, linfocitos B y anticuerpos, especialmente las IgG. Además, impide la acción de enzimas necesarias para la replicación viral, con lo que es un potente antiviral.
Y el selenio es un oligoelemento de vital importancia en el sistema inmune. Esencial en la formación de linfocitos T y además en la producción de citoquinas.
La echinacea es una planta con propiedades inmunomoduladoras. Modula la cascada de citoquinas haciendo trabajar a nuestro sistema inmune de la manera adecuada.
La lactoferrina es una glicoproteína presente en el calostro. Estimula la capacidad del sistema inmunológico para haer frente a las infecciones y al desarrollo tumoral. Beneficia el sistema inmune a través del crecimiento de las bifidobacterias de las conocidas como natural kiler cells y favoreciendo la actividad de los neutrófilos.
Hoy en día es muy conocida la relación que tiene nuestra salud intestinal con nuestra salud inmunológica con lo que los probióticos son necesarios para mantener un sitema inmune en correcto estado.
Los hongos tienen multitud de benefcios en nuestro organimso, entre ellos, el de fortalecer el sistema inmune. Poseen minerales como magnesio, selenio, zinc o potasio, vitamina C, B y provitamina D, así como aminoácidos esenciales.